Si los filósofos callasen, la nieve quemaría y los
círculos serían cuadrados. Si los círculos fuesen cuadrados, entonces los
matemáticos se dedicarían a cazar brujas y las abejas a fabricar acero. Pero los
matemáticos no se dedican a cazar brujas, y las abejas no fabrican acero. Por
tanto, los filósofos no callarán.
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